jueves, 16 de febrero de 2023

FRASES CÉLEBRES DE MADAME DU CHATELET

 FRASES CÉLEBRES DE MADAME DU CHATELET


Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil, marquesa de Châtelet (1706-1749)


"Soy yo misma una persona completa, responsable sólo ante mí por todo cuanto soy, todo cuanto digo, todo cuanto hago. Puede ser que haya metafísicos y filósofos cuyo saber sea mayor que el mío, aunque no los he conocido. Sin embargo, ellos también no son más que débiles seres humanos, y tienen sus defectos; así que, cuando sumo el total de mis gracias, confieso que no soy inferior a nadie". 


"Estar decidido a lo que se quiere ser y a lo que se quiere hacer, es algo que falta a casi todos los hombres; es una condición por lo que falta la felicidad. Sin ella se navega en un mar de incertidumbres; de deshace por la mañana lo que se hizo por la tarde; se pasa la vida haciendo tonterías, reparándolas y arrepintiéndose".


"El amor al estudio es, de todas las pasiones, la que más contribuye a nuestra felicidad".


"Pensemos en cultivar la inclinación hacia el estudio, una inclinación que hace que nuestra felicidad dependa únicamente de nosotros mismos".


"Amo el estudio con más furor del que he amado el mundo, pero me he dado cuenta demasiado tarde".


"El culto a los libros constituye el mejor preludio para conocer a los hombres".


"Lo mejor que se puede decir de la pasión es que es la más noble fragilidad de la mente, pero sigue siendo una fragilidad, y se convierte en un vicio, si es cultivada como una exaltada virtud".

"Las mujeres necias siguen la moda, las pretenciosas la exageran; pero las mujeres de buen gusto pactan con ella".


"Uno de los más grandes secretos de la felicidad es moderar los propios deseos y amar aquello que se posee".


"Los prejuicios no encierran ninguna verdad y no pueden ser útiles mas que para personas poco formadas".


"Para ser felices, debemos deshacernos de nuestros prejuicios, ser virtuosos, gozar de buena salud, tener inclinaciones y pasiones, ser propensos a la ilusión, pues debemos la mayor parte de nuestros placeres a la ilusión, y ¡ay de los que la pierdan!"


"La sabiduría siempre debe hacer bien sus cálculos: porque quien dice sabio dice feliz, al menos en mi diccionario... cuanto menos depende nuestra felicidad de los demás, más fácil nos resulta ser felices".


"Amar lo que poseemos, saber disfrutar de ello, saborear las ventajas de nuestro estado, no poner demasiado los ojos en los que nos parecen más felices, aplicarnos a perfeccionar lo nuestro y sacarle el mayor partido posible: esto es lo que se debe llamar felicidad".


"Una persona razonable debería ruborizarse tanto de no tener la felicidad en sus manos como de dejarla enteramente en las de otro".


"Cada edad tiene unos placeres que le son propios; los de la vejez son los más difíciles de obtener: el juego y el estudio, si somos todavía capaces de ello, la gula, la consideración, son patrimonio de la vejez".








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